El Premio Soberano después de la tormenta

No es la primera vez -ni ha de ser la última- que al día siguiente de la entrega de los Premios Soberano, llegue invariable un período de quejas,  razonables o no razonables,  denuncias y conflictos,  entre lo personal y lo profesional.

La premiación que monta la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) con el patrocinio de Cervecería Nacional Dominicana, siempre genera quejas, gritos y ofensas provenientes de artistas que aún no saben perder.

Acroarte debe echar a un lado las diatribas y los pequeños enfrentamientos comiciales o de egos incesantes y no permitir que las aspiraciones electorales se administren por la vía del enfrentamiento personal y mezquino.

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No hay crisis excepcional. Es un proceso de protestas, con razón o sin ella, que es inherente al Premio. A la luz de los resultados, mayoritariamente acertados, parece que hace falta una revisión. (Lea lo que se plantea aquí)